La cara más dura de la crisis Foto: eekim |
Comentaba un joven de una zona pija de Addis, Bole Road: "Antes mi preocupación era una conexión más rápida a internet, ahora lo que me gustaría es tener electricidad" y es que los problemas adquieren otra dimensión cuando los cambios son a peor. A la recesión internacional, en Etiopia, se ha sumando la falta de lluvias que mantiene cerradas las centrales hidroeléctricas, obligando al gobierno a endurecer las restricciones de luz. Así, en un país en el que sólo el 20 % de la población tiene acceso directo al suministro eléctrico, el gobierno se ve obligado a endurecer las restricciones. Por ejemplo, en Addis tres días a la semana sólo hay 14 horas de luz.
Vamos, que para algunos los malos tiempos pueden ser peores, incluso peorísimos. Con esto no quiero abogar por el conformismo sino hacernos un poco conscientes de que, sin necesidad de sentirnos mal por la suerte que hemos tenido de estar a este lado de la crisis, hagamos un poco de reflexión, valoremos las cosas en su justa medida y nos acerquemos un poco a aquellos que están peorísimo.
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